Pedir un préstamo está casi siempre asociado al riesgo. Esto es especialmente cierto en el caso de los préstamos de gran cuantía.
Cualquiera que contraiga un pasivo a largo plazo suele hacerse la siguiente pregunta: ¿Qué pasa si mi situación financiera cambia de repente? A veces la vida toma un rumbo completamente diferente al esperado. Una enfermedad prolongada o el desempleo, una mudanza inesperada o un divorcio... y, de repente, las finanzas se complican. En estos casos, el pago de las cuotas mensuales del préstamo puede resultar problemático.
Nadie puede prever el futuro, pero es posible protegerse parcialmente con un seguro.
¿Qué incluye la protección del crédito?
Las cuotas del préstamo en caso de fallecimiento ya están cubiertas gratuitamente con todas las opciones de financiación. Este aspecto es crucial, porque significa que los familiares también están protegidos económicamente.
Además, con algunos bancos tienes la opción de aplazar las cuotas mensuales de forma gratuita si el dinero es muy escaso.
Además, le recomendamos que contrate un seguro con el que pueda asegurar los pagos de cuotas e intereses contra la incapacidad laboral y el desempleo por causas ajenas a su voluntad.
ocurrencia de la pérdida
Si tiene dificultades de pago, siempre es aconsejable informar al prestamista inmediatamente y buscar juntos una solución. En caso de invalidez, incapacidad laboral o desempleo por causas ajenas a su voluntad, la cobertura del seguro entra en vigor. En estos casos, la cuota mensual del préstamo es asumida por la respectiva compañía de seguros.
El alcance real del seguro puede variar en función del producto y de la entidad financiera. La conclusión de una protección del crédito está asociada a costes adicionales. Se calculan como parte de la solicitud de un préstamo a plazos, ya que el importe de la prima depende del plazo y del importe del préstamo.
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